El test prenatal no invasivo en sangre o Maceta de ADN fetal es la prueba que consiste a encontrar células del bebé a la sangre de la madre mediante una analítica de sangre. No tiene, por lo tanto, ningún riesgo de aborto. Pero de momento no sustituye las pruebas invasivas (amniocentesis y biopsia corial). Su papel es el de aportar más información: detecta el riesgo de alteraciones de los cromosomas con más precisión que la analítica habitual, con una capacidad de acierto del 99%.
Dado que el cálculo de riesgo habitual presenta una tasa de detección del 95%, la Test de ADN fetal (DNA Testing), aporta una capacidad extra de detección con el mínimo error, solo 1% frente al 5%. A la larga probablemente este será la test que se realizará habitualmente.
Actualmente, en España, no está costeado por la Seguridad Social y pocas aseguradoras médicas lo cubren, siente su coste asumido por la paciente (aproximadamente unos 500-800 euros). Su gran ventaja es la ausencia de riesgo.
Tanto la biopsia corial como la amniocentesis son pruebas invasivas que se tienen que ofrecer a la paciente en caso de detectar un riesgo alto en la analítica del 1er trimestre. Realizar una u otra depende del centro médico, de la recomendación del especialista y en todo caso, de la elección de los padres.
El test de ADN fetal, o test no invasivo en sangre, se puede realizar siempre que los padres lo deseen, asumiendo ellos el coste en la mayoría de los casos. Es una buena opción en caso de ansiedad y también en caso de riesgos intermedios (es decir, no bastante altos como para realizar una prueba invasiva pero tampoco tan bajo como para dejarnos del todo tranquilos). No puede sustituir las pruebas invasivas porque, aunque pase pocas veces, puede fallar hasta el 1% de los casos.
Como siempre, la decisión última depende de los futuros padres asesorados por el profesional que les controla el embarazo.